"Un camino hacia la Creatividad y Excelencia Humana"

EL MEJOR LUGAR PARA QUE TUS HIJOS APRENDAN DE UNA MANERA DIVERTIDA Y SE FORMEN COMO PERSONITAS INTEGRAS.

lunes, 1 de abril de 2013

Escuela de Padres- Abr/2013: EL JUEGO

El Juego Infantil
 LA VIDA CON TU FAMILIA ES UN JUEGO  DEL QUE SE APRENDE

Reflexionemos y compartamos
1.     ¿Qué importancia tiene el juego para los niños?
2.     ¿Qué opina de la frase: con el juego el niño aprende la alegría de amar y ser amado?
3.     ¿A qué les gustaba jugar cuando eran pequeños?
4.     ¿Cuando fue la última vez que jugó con su hijo?
5.     ¿Por qué jugamos tan poco cuando somos grandes?
6.     ¿Qué beneficios trae el juego en familia?

Consultemos y debatamos

El ser humano juega: desde la vida intrauterina juega, cuando danza en las profundidades del útero, inmerso en el tibio líquido amniótico se succiona el dedo una y otra vez. Crece y desarrolla sus propios ritmos a dúo con los del cuerpo de la madre. Juega con las vibraciones de la voz de la madre que se transmiten a través del cuerpo de ella y llegan al interior del útero. Y se emociona con la voz grave del padre cuando le habla.

Luego, el juego continúa con el reconocimiento mutuo de la madre, el padre y su hijo/hija. En el momento en que la madre y el hijo nacen como tales se inicia el juego más temprano y significativo en la vida de los dos.
Así, jugando, se construye el primer gran vínculo de afecto: el apego, esa especie de lazo o unión entre el recién nacido y su madre y su padre. Con ella se conecta por medio de la piel y succiona la leche que le ofrece como expresión de su amor y de su ternura. En los brazos del padre se siente muy bien cuando lo alza con cariño y le habla; este juego debe ser espontáneo y permitir que se miren, sientan, huelan y conozcan.

La caricia es un juego que estimula al recién nacido, le permite crecer. Al acariciar el cuerpodel niño y mientras succiona el seno, se libera una sustancia llamada endorfina, que se encarga de producir bienestar y maduración de los pulmones y del sistema de defensa del niño.

La lactancia materna es, de hecho, todo un juego. A este primer momento de encuentro sigue el juego del niño con el pezón, con la voz de la madre, con la piel, hasta que así, jugando, va adquiriendo la posibilidad de contemplar el mundo, de crecer y desarrollarse; así mismo, aumentará la producción de leche materna, lo que influirá mucho sobre el estado de ánimo del niño.
Otras formas de jugar son los masajes, los arrullos, el balanceo en la mecedora, los rituales al bañarlo, vestirlo y dormirlo. Enesta etapa, más que un pasatiempo o una actividad recreativa, el juego hace parte de una actitud de satisfacción y aceptación. Es muy importante para el niño sentir a su padre y a su madre hablando y jugando con él. Los niños que aprenden a jugar temprano desarrollan una base segura, un puerto llamado madre/padre, al que pueden acudir cuando están en dificultades.

Desde el nacimiento es necesario darle al juego el valor que merece: el niño debe aprender a jugar, pues así aprende a respetar su cuerpo, a quienes están cerca y a los que están lejos. El niño que juega se vuelve confiado y espontáneo, porque el juego se da en un ambiente de confianza y de espontaneidad.

Todos, niños/niñas y adultos, necesitan jugar, aun cuando los juegos cambian en el transcurso de la vida. El juego no sólo nos divierte, también nos enseña. Con él adquirimos ciertas destrezas y habilidades y podemos aprender el valor de las reglas, indispensables para vivir en armonía.

Para los niños el juego es también la oportunidad de descubrir y reconocer a los otros seres humanos. Mediante él aprenden de sí mismos y de los demás, son capaces de aclarar dudas, asimilar conceptos del mundo, reparar el dolor y el sufrimiento. Los niños que no juegan tienden a enfermarse más.

El juego es fundamental desde el movimiento; así, cuando al niño lo acunan, alzan o 
mecen, escuchando la voz familiar de la madre, la abuela, el padre u otro miembro de la familia, experimenta mucho placer. Este juego tranquilo y tibio, que consiste en moverse por medio de los brazos y el cuerpo del otro, lo fortalece y lo mima, lo alimenta mientras desarrolla la capacidad de producir sus propios movimientos.

En el niño de un mes a cinco años de edad el juego es la principal actividad, ya que, así, construye su vida. Por ello no lo debemos privar de él.

La madre se convierte pronto en el primer juguete de su hijo. Esos ojos chispeantes y asombrados, esa cara que el niño reconoce entre todas las demás, esa sonrisa, esos brazos que lo acunan, el olor tan familiar y la disposición del cuerpo, la capacidad de defender a su hijo, de protegerlo, la convierten en el juguete más completo y, así, madre e hijo practican el juego más necesario y maravilloso de la existencia, construyendo de este modo el vínculo afectivo. Y luego este vínculo se extiende al padre.

Poco a poco, el niño aprende a jugar con su cuerpo: a medida que va desarrollándose es capaz de hacerlo con sus manos, sus pies, su cuerpo, y con los objetos que lo estimulan, tales como sonajeros, cascabeles, móviles o juguetes con movimiento.
Mientras gatea juega con todos los objetos de la casa y en el piso juegan a esconderse, responde con carcajadas a los estímulos repetidos y cómicos, a las cosquillas. Juega con el agua durante el baño, con los juguetes y objetos que se lleva a la boca.

A partir del primer año, el juego de exploración es su principal actividad: toca, prueba los objetos, usa sus dedos pulgar e índice para agarrar objetos finos. Arrastra cojines y muñecos. Le gusta verse en el espejo, abrir frascos, tirar los juguetes al piso para deleitarse con su sonido. Va construyendo figuras poco a poco. Juega con su cuerpo cuando especializa su caminar, cuando baila. Imita juegos en los que madura la función de la mano, tales como hacer sonar las palmas. Descubrir lo que son las cosas, cómo funcionan y su utilidad ocupa gran parte del tiempo en esta época.

A medida que crece, el niño adquiere nuevas formas para comunicarse y así surgen nuevos juegos, repitiendo palabras, haciendo sonidos con la boca. Hacia los dos años aparecen los juegos gestuales, tales como darle de comer a los muñecos o dormirlos. En esta etapa, la niña maga es capaz de imaginar la taza y la galleta que le da a la muñeca; para jugar le sirve una tapa vieja o una muñeca de trapo, tiene los grandes poderes de su propia imaginación. Es capaz de hacerlo todo, inventa el mundo con juguetes y con objetos que convierte en juguetes.

El niño mayorcito juega a contar, saltar, correr o a las escondidas. Pone en los juegos sus logros motores y emocionales. Juega a pintar, a colorear. Los colores pueden expresar sentimientos: cada uno tiene un significado para cada niño.
Es fundamental que los padres y maestros los estimulen a crear sus dibujos libremente y a darles el color que deseen: el sol puede ser azul, el mar amarillo y, así, el mundo será de acuerdo con lo que están viviendo. Es la etapa en la que aparece elamigo imaginario, personaje que le sirve para acompañarse y hablar acerca del mundo. Es muy importante que los padres, las madres comunitarias, las jardineras y cuidadores los acompañen a jugar.

Al niño le gusta que le cuenten cuentos, que cumplen un papel fundamental en su vida, pues le permiten aprender, despejar muchos de sus por qué, disminuir sus miedos, resolver conflictos y lograr una mayor confianza en él y en el mundo que está descubriendo cada día. El libro leído, con láminas, con canciones, es muy útil. Se debe estimular a que invente sus relatos viviendo las imágenes de los libros. Al final del cuento puede ser útil hablar sobre los mensajes y moralejas del relato.
A partir de los cuatro años, los niños juegan menos en soledad y van conformando grupos más estables y numerosos. Los juegos adquieren argumentos, es un tipo de drama en el que interpretan pasajes de la vida que están viviendo, de un cuento, un programa de televisión y de los relatos que oyen. Juegan, además, a las rondas infantiles, las que le dan al juego un concepto distinto, ya que por medio de ellas el niño madura y aprende, establece reglas, aprende a relacionarse, construye la solidaridad y otros valores, al tiempo que aprende a esperar y a tolerar frustraciones.

Hacia los cinco años de edad imita a las personas con las que se identifica: a ser el maestro, la mamá, el papá, el bombero, el doctor, etcétera. En este juego de roles el niño que juega con muñecas puede desempeñar el rol del papá o del sacerdote o del conductor de la ambulancia. Las niñas juegan a ser madres, detectives, etcétera. Los cuidadores deben respetar los roles, así como los juguetes.

No debemos separar juegos por sexos, es decir, no nos preocupemos si un niño juega con muñecas o una niña con carros o pelotas. Los juguetes no tienen sexo y es determinante y muy benéfico que los niños jueguen también con muñecas, carros, balones, etcétera, y las niñas con carros, trompos, palas o muñecas. En esta época, los hermanos son los mejores compañeros de juego. Compartir estos momentos estrecha los vínculos entre ellos.

Exprese el amor que le tiene a sus hijos con acciones concretas; por ejemplo, si en el hogar comunitario o en el jardín infantil han preparado alguna función en la que participan, es muy importante que asista a sus presentaciones.

El juego es el alimento espiritual de los niños: es necesario que los padres conozcan esta dimensión para que aprendan a respetar ese espacio sagrado, en el que pueden entrar y convertirse en padres con alma de niño y desde allí enseñen a sus hijos cuánto los aman, les enseñen a ser cada día personas con valores, les muestren cómo es el mundo, respondan muchos interrogantes, los acaricien y, sobre todo, los hagan felices.
 
EL JUEGO LUDICO COMO INTERVENCIÓN

Es un método de intervención educativa basado en el juego por considerarlo la principal actividad de la infancia. Es decir, consiste en desarrollar de un modo lúdico todas las actividades didácticas del currículum.

EL juego en la educación ha sido utilizado de 3 maneras:
  • Como un instrumento de motivación para el aprendizaje “educar jugando”
  •  Como un recurso didáctico con unos objetivos pedagógicos = juguetes educativos, materiales para trabajar los números, el abecedario, el calendario, etc.
  • Valorándolo por sí mismo, como un fin en sí mismo y una actividad natural de la infancia, que promueve el desarrollo físico, cognitivo, social y afectivo.

El niño no juega para aprender, JUGANDO APRENDE, el juego deja de ser un recurso didáctico para convertirse en un objetivo en sí mismo.